El 4 de junio,
martes, nos fuimos con el calorcito a celebrar que ya está acabando el curso al
parque natural de las Lagunas de Ruidera.
Nada más llegar
nos pusimos a almorzar para coger fuerzas, ya que después nos esperada nada más
y nada menos, que la Cueva de Montesinos. Sí, esa cueva donde para entrar
tuvimos que ponernos unos cascos de protección con unos frontales para poder
ver dentro de ella. Lo que primero notas al pasar es cómo baja la temperatura.
Qué fresquito que se está ahí dentro!
El monitor nos
cuenta por qué es tan famosa y es que en este espacio se desarrollan 2
capítulos del internacionalmente conocido libro “El Quijote” (XVII y XVIII de
la 2ª parte, Bodas de Camacho). Además en esa cueva vimos agua del acuífero 24,
estalactitas (con “T” de techo, trucazo para recordar que son las que están
arriba), estalagmitas… y guano (caca de murciélago, abono muy preciado), pero
no vimos ningún animalito dentro….
Después nos
dirigimos en el autobús hacia la laguna La Salvadora, allí nos dividimos en 2
grupos: mientras uno realizaba tiro con arco terminada la flecha en una ventosa
que teníamos que apuntar a unas figuras en forma de vaqueros, los otros niños
escalaban en el rocódromo. También había una red y baloncito, no pudimos evitar
hacer unos cuantos tiros a puerta. La red imaginamos que era una portería.
Luego rotamos, para hacer todos, todas las actividades.
Después vino el
momento más deseado…. El agua!!! Nos montamos en kayak y en padel surf
gigantes. Y en medio del agua cambiábamos de medio de medio de locomoción. Qué
risa! Nos costó coger el manejo de las palas para remar y no íbamos donde
queríamos. Encima el monitor nos buscaba para salpicarnos agua y queríamos ir
tras él para “buscar venganza”, pero él era más rápido y no lo lográbamos.
Los monitores-as
de Ruidera Activa se despidieron de nosotros-as, pero nos quedamos más tiempo
en el agua jugando a hacer aguadillas, salpicar agua, a hacer el pino… María
V. emocionada decía: “Mi mejor excursión, qué bien me lo estoy pasando!”.
Y es que no era para menos. No parábamos de reír, disfrutar, descubrir….
Sobre las 14.30h
ya teníamos hambre tras tanta actividad y tocó reponer fuerzas. Sacamos
nuestros bocatas, tapers…. Un festival de comidas! Y luego, como nos dieron las
familias unos eurillos, nos lanzamos al chiringuito, eso sí, siempre con mucha
educación, a degustar nuestro helado favorito.
Luego pusimos
caritas de niños y niñas buenos a las maestras para que nos dejaran volver a
bañarnos. Qué actorazos somos que lo conseguimos! Nos metimos poquito a poco en
el agua para evitar cortes de digestión y a disfrutar de nuevo de ese paraíso
que hay entre las provincias de Ciudad Real y Albacete.
Sobre las 16h nos
salimos del agua, nos cambiamos el bañador por ropa seca y algunos corrimos a
comprar alguna cosita más al kiosko y comérnoslo antes de las 16.30h porque el
señor conductor nos esperaba con el bus arrancado para que estuviera fresquito para
nuestro regreso.
Por cierto, menudo regreso dimos en el autobús!!! Si alguien tenía sueño, imposible que se durmiera! Jajajaja. No sé cómo las maestras no nos pidieron que nos calláramos. Y es que creo que ellas iban riéndose de las cositas que íbamos diciendo!!!
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